martes, 23 de noviembre de 2010

Lección 11 HISTORIA

Zhang Qian, mensajero hacia el oeste

Entre los sonidos de las campanitas largas y vibrantes de los camellos por la Ruta de la Seda, China y las diversas naciones más allá de su territorio establecieron amplios contactos. La civilización oriental y la occidental comenzaron a enfrentarse y fundirse.

Durante la época de Han Wu Di (Liu Che), los xiongnu del norte atacaban con frecuencia las regiones fronterizas de la dinastía Han y pusieron bajo su control varias decenas de reinos pequeños de las regiones occidentales. En el año 138 a.C., Han Wu Di envió a Zhang Qian junto con más de 100 personas como mensajeros hacia el oeste con el fin de aliarse con Darouzhi (un país) para atacar por los flancos a los xiongnu. Pero al poco de encontrarse más allá de la frontera, Zhang Qian fue detenido por los xiongnu. Durante su retención Zhang Qian llegó a manejar el lenguaje xiongnu. Más de diez años después, Zhang Qian logró escapar y localizar a los Darouzhi que se habían mudado al oeste. Quedó por un año en el lugar conociendo el ambiente de esas regiones. Más tarde, viendo que el rey de Darouzhi no tenía deseos de venganza, Zhang Qian no pudo sino regresar a Han. De los más de 100 hombres que le habían acompañado apenas dos regresaron a Chang’an, la capital Han.

En el año 119 a.C., Han Wu Di mandó, una vez más, a Zhang Qian para que viajara hacia el oeste. En esta ocasión más de 300 hombres lo acompañaron, llevándose consigo decenas de miles de vacas y animales. Visitaron muchos países, los cuales enviaron mensajeros para responder a las visitas. Desde entonces, la dinastía Han tenía más relaciones con las regiones occidentales. Después, la corte Han fundó, en las regiones que ocupa hoy Xinjiang, la sede de Xiyuduhufu, cuya administración pertenecía al Gobierno Central.

Con la misión de Zhang Qian, se abrió la Ruta de la Seda que posibilitaría intercambios entre China y Occidente. Esta Ruta partía por el este de Chang’an (la capital de Han, hoy en día es la ciudad Xi’an) y alcanzaba, por el oeste, la costa oriental del mar Mediterráneo. Las flotas de comercio de la dinastía Han hicieron cambios mercantiles, mediante grandes cantidades de artículos de seda, con los persas, hindúes, griegos entre otros, y de regreso traían nueces, uvas, zanahorias y otros productos.

Durante numerosos siglos a partir de entonces, los intercambios entre chino y occidentales con la comercialización de seda como eje principal se efectuarían en la mayoría de los casos siguiendo la Ruta de Seda.

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