La forma de trabajar
Los chinos trabajan mucho y muy rápido. Trabajan desde las nueve de la mañana hasta las seis de la tarde, y durante las horas de trabajo parece que estén en la guerra mundial, todo el mundo hace sus cosas corriendo. Llaman a los clientes, preparan los documentos, hacen las fotocopias o van al baño... pero todo a la mayor velocidad posible. Al mediodía sólo tienen media hora para comer, cada trabajador en su mesa de trabajo y sin hablar los unos con los otros. Trabajan horas extras y los sábados con bastante frecuencia.
Los inmigrantes chinos, según su trabajo, tienen una forma de trabajar parecida de los chinos en China, o a veces incluso más duro que en China. Por un lado, porque están fuera del país pero no se han acostumbrado a la vida de España, ni se han mezclado con la sociedad española. Cuando llegaron a España, sólo podían trabajar para los dueños chinos. Los españoles valoran mucho a los chinos por su capacidad de trabajo y son reconocidos por su laboriosidad. Poco a poco los españoles conocen las tiendas y los restaurantes chinos, que nunca cierran. Además, si no hay muchos clientes en la tienda o el restaurante, los empleados hacen limpieza o hacen otra cosa que los dueños manden. El trabajador chino nunca puede descansar o charlar un rato, pues su manera de pensar dictamina que el dueño te paga el dinero para trabajar, no para charlar.
El modo de trabajar español, en cambio, es muy diferente. En las oficinas, por ejemplo, a las nueve empiezan a trabajar, pero los oficinistas llegan entre nueve y nueve y cuarto. Casi nunca llegan puntuales. Antes de empezar a trabajar todo el mundo va al comedor de la empresa para tomar un café, mientras charlan un rato. Sobre las diez de la mañana empiezan a trabajar. Cada uno hace su trabajo tranquilamente y a veces hacen cosas personales en el trabajo. El jueves por la noche van de cena con los amigos, por lo que el viernes siempre llegan a trabajar un poco más tarde, y más cansados de lo normal, con lo que no rinden lo mismo. Además, muchas empresas españolas el viernes trabajan media jornada (terminan a las tres de la tarde). Aún así, el lunes es el peor de todos los días, ya que como han pasado el fin de semana tienen más cosas que contarse, y todavía no han cogido el ritmo de trabajo, con lo que trabajan sin demasiada eficiencia y con muy pocas ganas. Cuando no tienen tiempo para descansar o trabajan horas extra, les resulta muy penoso y acaban diciendo “trabajamos como chinos”.
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